1. EDIFICIO LONJA PRADO
Edificio construido en los años cincuenta del siglo pasado en el mismo lugar donde se venía haciendo un mercado de productos agrícolas de la tierra de Ondara y los pueblos de los alrededores, como respuesta a su, cada vez, mayor importancia y transcendencia para la economía local y comarcal. Su construcción se llevó a cabo con algo conocido como “a tandas” donde participaban todas las familias del pueblo, aportando mano de obra, materiales y/o medios de transporte de materiales (sobre todo carros), de aquí que el pueblo lo considere “suyo”.
Las fachadas frontales están construidas a base de mampostería mixta de piedra de Segaria y cerámica, mientras que los arcos laterales y pilares de la estructura vertical interior, están construidos a base de aparejo de ladrillo cerámico hueco de dos pies de espesor. La parte construida en piedra presenta hiladas horizontales de ladrillo cerámico que permiten recuperar la horizontalidad y verticalidad en los muros de piedra, cuando los ejecutan personas no especializadas en manejo de la piedra, cabe destacar que prácticamente ninguna de ellas se encuentra careada de forma artificial, por ello la necesidad de utilizar las hiladas de ladrillo. Precisamente esto, motivó que se dejara la piedra vista en ambas fachadas principales, dejando constancia del método de construcción empleado.
En cuanto a la cubierta a dos aguas de todo el conjunto presenta dos tipologías, la nave principal dispone de cerchas prefabricadas de hormigón atirantados con tablero cerámico longitudinal en la nave central y teja cerámica curva como elemento de cobertura final. Por otro lado, los dos laterales se utilizaron viguetas armadas de ladrillo cerámico, cobertura a base de tablero tabicado de ladrillo y cobertura a base de teja cerámica curva.
Durante la rehabilitación del edificio, se pudo detectar en la cubierta por su parte interior, un punto que determinaba la falta de especialización en la mano de obra que ejecutó las obras. Se supone una vez colocadas las cerchas de hormigón, se inició la ejecución del tablero tabicado de ladrillo cerámico (actualmente a la vista) arrancando desde las dos fachadas hacia el centro de la nave central, es significativo y muy interesante como en el centro existe un punto de regularización de las hiladas longitudinales, ya que en algún punto se perdió la igualdad de las hiladas. Este hecho, lejos de tratarse como un “error”, deja constancia del esfuerzo de unas personas que sin ser su trabajo, colaboraron por el bien común.
Su función original era la de dar salida a la producción agrícola de la zona hacia otras zonas del país y del estado. Había compradores y agencias para comprar y destinar parte de la producción a Valencia, Madrid y sobretodo, en aquellos años a Barcelona. La producción fundamental era la básica de la huerta (tomates, pimientos, cebollas, judías, berenjenas, etc.) y también la de uva moscatel para consumo de mesa, considerado como una de las mejores uvas. El Prado llegó a ser considerado uno de los mercados más importantes entre Valencia y Alicante. Con la extensión de cultivo de la naranja, se redujo la superficie dedicada a la huerta y, consecuentemente la producción hortícola de la comarca fue menguando progresivamente, hasta llegar a ser prácticamente residual. Paralelamente a la bajada productiva también fue la orientación comercial del Prado, ya que durante esos años pasó de centro exportador de frutas y verduras a centro importador para la distribución de los productos próximos, que faltaban en la comarca porque se habían dejado de cultivar. Finalmente y con la nueva estrategia comercial de las grandes superficies, que no compran la verdura y la fruta a productores próximos, el Prado perdió completamente su función original y terminó por dejar de funcionar. En los primeros momentos de su cierre y, al no tener claro su destino, hubieron propuestas serias para derrumbarlo. Afortunadamente se decidió por su reforma y transformación en un moderno edificio de usos múltiples. A día de hoy está asumiendo su nuevo uso y está considerado como uno de los edificios más importantes y emblemáticos para los habitantes de Ondara y la Comarca.
(Pepe Estévez)
2. CLAUSTRO Y DEPENDENCIAS DEL CONVENTO (AYUNTAMIENTO)
Formaban parte del antiguo convento de Franciscanos Mínimos, edificio religioso levantado durante la primera mitad del siglo VII. Aún con la desamortización eclesiástica de Mendizábal de 1835, el oratorio del convento se mantuvo como propiedad de la iglesia y el resto del conjunto (el claustro, las dependencias conventuales y el hospital) pasó a ser patrimonio municipal en 1850.
El claustro era el lugar de recogimiento y elemento neurálgico de la comunidad, a su alrededor se disponían la iglesia, la sala capitular, el refectorio, los dormitorios, etc. El patio, de 10×11 varas valencianas, estaba ajardinado y también había un pozo. Las galerías porticadas del claustro, de 3 varas de anchura, daban acceso a las diferentes dependencias. La iglesia comunicaba con el claustro mediante una puerta bajo un arco que todavía se puede apreciar.
La sala capitular era el lugar de reunión, allí se llamaba a capítulo. El refectorio era el comedor; la cocina estaba al lado del refectorio. El dormitorio de los frailes mínimos estaba formado por celdas individuales. También había una despensa, obrador y bodega. La enfermería estaba separada del convento por la prohibición de comer alimentos de origen animal dentro del recinto del convento, que si podían comer los enfermos con dispensa.
El huerto se encontraba situado en el oeste del edificio conventual, entre este y la alberca.
Se conoce poco del claustro, pero las arcadas, formadas por una rosca de baldosas de 28x14x5cm, que podría corresponder a la metrología árabe, colocadas a sardinel de canto con argamasa blanca de cal y arena, son las originales y corresponden al sistema constructivo de la época de influencia mudéjar. La fachada norte del edificio conventual no se encuentra alineada con la fachada de la iglesia, está un poco retirada para dar énfasis a la iglesia y crear un nuevo espacio público, la plaza.
En el año 1987 se aprobó un proyecto para elevar la altura de la segunda planta, que era un cuarto de altura inferior a la planta principal, para destinarlo a usos del ayuntamiento; la obra acabó alrededor de 1992 y la inauguración oficial fue en 1995. En el año 1993 se realizaron unas excavaciones en el patio central del claustro y se dejó tal y como se contempla en la actualidad.
Una parte del convento funcionó a partir de 1730 como un hospital, institución dedicada a la atención de pobres, enfermos y transeúntes. El hospital fue erigido en un edificio anexo, situado en el solar donde se encuentra la actual Residencia-Asilo de ancianos.
El claustro y las dependencias conventuales son la sede actual del ayuntamiento.
(Basado en Ignacio Arce Grilo y María del Mar Boluda Garrido, Ondara: Descripción arquitectónica del antiguo Convento de los Mínimos en Ondara. Título: mirades enrere, 1as. Jornadas, Ayuntamiento de Ondara, 2013)
3. CONVENTO
Nombre por el cual es conocido popularmente el oratorio que formaba parte del antiguo convento de Franciscanos Mínimos. Edificio religioso levantado durante la primera mitad del s. VII. Los Mínimos llegaron a Ondara en 1611, dos años después de la expulsión de los moriscos, con la donación de una pequeña iglesia y unas tierras de huerta con abundante agua, donación realizada por Felipe de Cardona, Marqués de Guadalest. Mantuvo su actividad original hasta la desamortización eclesiástica de Mendizábal de 1835. Finalmente, en 1850, el templo se mantuvo como propiedad de la Iglesia y se transformó en oratorio público, mientras el resto del inmueble (claustro, hospital y dependencias) pasó a ser patrimonio municipal.
En el proceso de construcción del convento, primero se construyó la iglesia y posteriormente el claustro y las salas anexas como la sala capitular, el refectorio, los dormitorios, etc. La Orden de los Mínimos se caracterizaba porque sus votos los obligaban a la pobreza, la austeridad, la obediencia y la abstinencia perpetua, razones por las cuales en sus obras se basaban en los artesanos locales, en sus sistemas constructivos y en los materiales autóctonos, características que quedan reflejadas en la sobriedad de la arquitectura y ornamentación. A diferencia de las órdenes monásticas, que tienen como finalidad la oración y, por tanto, sus monasterios se encuentran aislados de las poblaciones, la finalidad fundamental de las órdenes mendicantes es la predicación y, en consecuencia, sus conventos tienen un carácter urbano y abierto.
La configuración original de la iglesia es muy sencilla y tiene unos rasgos claramente renacentistas; persisten la forma y la estructura del templo ojival. Se trata de una planta rectangular de reducidas dimensiones, nave única con capillas laterales entre contrafuertes, menos en la primera crujía (espacio arquitectónico comprendido entre dos muros de carga) –de menos dimensión y dividida en dos niveles por la presencia del corazón- donde dos recintos cerrados incluyen las escaleras que suben al corazón y al campanario. En la fachada principal, queda enfatizada la entrada a la iglesia mediante un arco de medio punto flanqueado por pilastras, frisos y cornisa; sobre esta, dos pináculos de bola en el remate de las pilastras. En el centro, una hornacina con San Francisco de Paula que enlaza con el ventanal del corazón. También quedan significados en piedra tosca las esquinas, la cornisa de remate superior y los arcos del campanario.
El muro oculta la cubierta coronando la fachada con ondulaciones un poco caprichosas, propias de la época, si bien la actual finalización corresponde a la restauración hecha en los años 1994 y 1995. En el interior podemos contemplar pinturas al fresco, con motivos vegetales y heráldicos propios del arte popular, de 1674, encontrada en una restauración efectuada en 1991, en la primera capilla entrando a la derecha donde fue enterrada Luisa de Sotomayor y Lima, Marquesa de Guadalest, y del año 1699, en la tercera capilla a la izquierda, patrocinada por Vicente Giner. La capilla de la comunión es neoclásica y posterior al 1835. La cúpula de la capilla está cubierta por teja vidriada azul, destacando las aristas en los ángulos de los gajos con tejas de otro color.
Durante siglos se tenía la costumbre de enterrar dentro de las iglesias bajo la protección de los santos, hasta que en 1784 se restringió por razones de salud pública y ya desde 1799 era obligado ubicar los cementerios alejados del casco urbano, pero la aplicación de la orden se dilató en el tiempo. Hasta 1812 no hubo cementerio en Ondara (pero duró bien poco) y en 1854 se inauguró el actual. En las capillas o en el altar mayor eran enterrados los benefactores o sus familias; los religiosos eran enterrados en el altar mayor hasta que se construía el claustro, donde se enterraban después.
Actualmente la iglesia del convento está dedicada a la Mare de Déu de la Soledat, patrona del municipio, y pertenece a la Parroquia de Santa Anna.
(Extraído de: Ignacio Arce Grillo i María del Mar Boluda Garrido, Ondara: mirades enrere, 1es. Jornadas. Ayto. De Ondara, 2013)
4. CASA DE CULTURA
Casa de Josefa Gadea Iñareta, casada con José Sendra Ballester-conocido como Favila- (1887-1962), nacido en Denia pero originario de Benidoleig. Este se fue a Argentina en 1902, con 14 años; en Buenos Aires se dedicó a la construcción. En un viaje que hace de vuelta, vino por Ondara y conoció a Josefa Gadea Iñareta (1907-1992) el 1927. Se casaron en 1929. Se fueron a Argentina de nuevo en 1937, con unos papeles arreglados por Vicent Ricard, y vuelven en 1947, ahora ya definitivamente.
Para conseguir que la casa ocupara una manzana completa, con su marido compraron la parte de arriba que da a la plaza, sin modificar mucho la estructura. La parte central de la unión de las dos casas se convirtió en un patio. El año 2000 la corporación municipal acordó dedicar un espacio o un inmueble a casa de cultura y compró esta casa. Se derrumbó y volvió a ser construida de manera idéntica, adaptando el espacio interior a las nuevas necesidades y respetando el espacio del patio central que era el nexo de unión de las dos casas. Actualmente es la Casa de Cultura, Biblioteca, Sala de exposiciones y sede del Archivo Histórico y cuenta con la exposición permanente de un fondo de arte del pintor Miquel Vaquer, hijo de Ondara, donación hecha por alguno de sus hijos.
(Comisión del Patrimonio)
5. TORRE DEL RELOJ
Construcción militar medieval, la torre del reloj es la única que queda en pie de las cuatro torres defensivas del castillo-palacio de Ondara. El castillo-palacio de Ondara está situado en una posición estratégica, a 37,82 m.s.n.m., dominando un pequeño valle fértil. Pertenece al área de influencia de la ciudad de Denia, en las diferentes épocas. La primitiva construcción del palacio se puede relacionar con las de los palacios-castillos de Olimbroi y Forna, hacia la segunda mitad del siglo XIII.
Presenta un modelo típico de edificaciones de este tipo, cuatro torres en los ángulos, unidas por lienzos de muralla, con edificaciones anexas, con planta baja y una o dos plantas superiores; las torres contaban siempre con al menos un piso más. El palacio-castillo de Ondara tenía además una barbacana adelantada respecto a las torres y daba a la actual plaza del mercado. La planta baja es suelo dedicado a estancias del servicio, mientras la superior es la planta noble.
Del Palacio conservamos algunos muros integrados a edificaciones, incluyendo la torre norte, y evidencias de la existencia de una barbacana. De forma exenta encontramos la torre del reloj. Esta torre ha padecido modificaciones y reconstrucciones que no vemos reflejadas en las fuentes, pero así nos lo indican la existencia de troneras despedazadas de finales del XVI a principios del XVII. En el siglo XVIII el palacio está en ruinas, por efectos del absentismo señorial y los acontecimientos históricos, particularmente durante la Guerra de Sucesión.
Hoy por hoy, podemos afirmar que estamos delante de un recinto fortificado de época cristiana, donde tenemos documentadas dos torres (la torre del reloj o torre sur) y la torre norte, donde gracias a la documentación arqueológica han salido a la luz dos portaladas de piedra picada, que probablemente darían acceso a la torre desde un pequeño patio central o algún tipo de pasillo. Presentan cuatro marcas de picapedrero, con forma de flecha.
La puerta principal seguramente estaría orientada al oeste, en la fachada más cercana a la vía de comunicación que cruza las tierras de norte a sur; pero también es la zona con la pendiente más suave y la que da a un gran espacio abierto nunca edificado, con más que probables orígenes comerciales, es decir, la actual Plaza Mayor. Desde la puerta principal se accedía al patio mediante un espacio cubierto, donde se situaría esta pieza de piedra picada incompleta que se ha documentado.
Los muros actualmente existentes formarían parte, con toda probabilidad, del perímetro del palacio, y si es así las dos torres no descubiertas estarían en el encuentro de los citados muros, definir un recinto más o menos rectangular con cuatro torres situadas en los ángulos. Alrededor del patio se situarían todas las dependencias típicas de un palacio (habitaciones, comedor, salas, capilla, cocina, etc.)
En la actualidad la torre visible acoge en su interior la maquinaria de un reloj de torre de finales del siglo XIX recientemente mecanizado. A posterior se ha adecuado para servir de espacio museístico e interpretativo de la historia local.
(Está declarada BIC -Bien de Interés Cultural)
Josep Antoni Ahuir
6. TRINQUETE
Edificio inaugurado en octubre de 1872 para la práctica de pelota valenciana, deporte que cuenta con una larga tradición en Ondara y toda la comarca. Es el segundo más antiguo que aún está en uso después del de Pelayo en Valencia. Reformado en 2015, en sus instalaciones se puede jugar a diferentes modalidades: en el trinquete grande, escala i corda i raspall, y en el trinquetito, partidas de pilota grossa, de rebote, así como diversas modalidades jugadas con pelota de bandana.
La afición a la pelota en el pueblo de Ondara viene de lejos, ya hay documentada una partida memorable el 26 de noviembre de 1880 entre jugadores de La Marina y de la vecina La Safor jugada en la calle.
El apellido Frasés es inseparable de la historia de la pelota en Ondara. Frasés son los primeros trinqueteros del trinquete viejo que recuerdan los aficionados; un Frasés también va ligado al trinquete nuevo y hasta el Surdo de Pamis empezó su trayectoria en el mundo de la pelota con un Frasés. Otro nombre ligado a la historia de la pelota es el de Francisco Peris, el Surdo de Pamis (lugar agregado a Ondara), no jugador, pero si promotor y trinquetero y un dinamizador como pocos de la pelota. El Surdo empezó a jugar y a introducirse en el mundo de la organización de partidas en su juventud en Ondara; y llegó a hacer del trinquete de El Zurdo de Gandía uno de los más dinámicos e importantes del país. Uno de los jugadores míticos de la historia de la pelota, Rovellet, también estuvo muy ligado a Ondara.
Ondara, cuando solo tenía unos 3.000 habitantes, fue el primer pueblo donde se hizo un trinquete cubierto e iluminado donde se pueden hacer partidas nocturnas, cuando ya tenía en funcionamiento el trinquete viejo. La inauguración oficial fue el 11 de mayo de 1956. El dinamismo de la pelota en Ondara en aquellos años era enorme; se jugaban dos y tres partidas diarias, algunas nocturnas, los fines de semana y con los mejores jugadores del momento. Un pueblo relativamente pequeño, tuvo durante unos años dos trinquetes a pleno funcionamiento, hasta que un fuerte viento hizo caer la cubierta del trinquete nuevo y quedo prácticamente destruido.
Después de desaparecer el trinquete nuevo, el trinquete viejo continuó funcionando hasta que, poco a poco la afición fue aminorando y con el paso de los años el trinquete se cerró y se arruinó físicamente. Después de muchas vicisitudes el trinquete actual ha pasado a ser municipal y ha sido recientemente rehabilitado y acondicionado para la práctica de la pelota de nuevo. Se ha creado una asociación y una escuela de pelota para niños y niñas y está volviendo a revivir el mundo de la pelota en Ondara.
(Vicent Ortuño)
7. CASA DEL MAYORAZGO
Imponente casa de planta cuadrangular, de aspecto sólido y señorial, de tipología residencial fortificada, construida por la familia Ferrando. No se sabe el momento exacto de su construcción, pero por su apariencia estilística y los elementos artísticos neoclásicos se puede concluir que se podría datar de mediados del siglo XIX.
Del análisis de la estructura urbana con calles rectas y anchuras uniformes, así como de las parcelas con dimensiones iguales repetidas en la anchura y profundidad, se deduce que se trata de una actuación planificada siguiendo los criterios del urbanismo neoclásico.
Las fachadas son planas y homogéneas con una composición muy regular, con predominio de la simetría, los agujeros jerarquizados en la disposición horizontal y vertical. Los marcos están acabados con molduras planas, ligeramente resaltadas sobre la superficie de la fachada. Los agujeros de acceso están realizados con un marco de mayor importancia, destacando el correspondiente al acceso principal.
Las esquinas de la fachada en la calle Sol presentan dos garitas con aspilleras a la altura del piso principal. Cabría pensar que son soluciones formales o simplemente caprichosas. La justificación era la defensa de la casa delante de los ataques de partidas organizadas de bandoleros que proliferaban en la zona durante el siglo XIX.
De los aspectos ornamentales, cabe destacar el rigor de la composición. Es remarcable la importancia de las ménsulas situadas en la parte inferior de la cornisa, las molduras rectas de los agujeros de acceso, pero sobretodo la formalización de las garitas.
Tiene adosada, al extremo de la fachada de la calle Sol, una capilla que disponía de piano, con acceso desde el interior de la casa.
(En la actualidad es BIC –Bien de Interés Cultural-)
(Santiago Varela)
8. IGLESIA DE SANTA ANA
Durante la guerra de les Germanías, en el siglo XVI, se produjo la conversión forzosa de muchos musulmanes a la fe cristiana. Al aumentar el número de conversos se crearon nuevas vicarías perpétuas, dependientes de Denia, en lugares moriscos; en 1543 se creó la de Ondara, que tenía agregados a Benidoleig y a Pamis. En 1574 se desmiembra la Parroquia de Ondara, independiente de Denia. Más tarde, Benidoleig se agregaría a Orba. Estas circunstancias precipitan la creación de un nuevo templo parroquial en una de las primeras calles que había fuera del núcleo urbano primitivo, ya que hasta aquel momento, la liturgia cristiana era celebrada en la capilla del propio castillo. En 1617 la existencia de la iglesia está fuera de duda; en el siglo XVIII se hacen obras de ampliación y reformas en el templo.
El templo está inserto entre la casa abadía y la antigua casa de Pepico Santonja, sala actual de velatorio de la parroquia y con una altura de cornisa similar al de las casas vecinas. Ubicación nada habitual ya que no se encuentra en ninguna plaza o espacio público destacado sino en una calle. La planta del edificio responde al modelo de una sola nave con cinco tramos de capillas laterales situadas entre contrafuertes, las cuales quedan comunicadas mediante pasos con arcos de medio punto.
La planta es rectangular, de cruces latinas, sin cruzado y con un brazo añadido posteriormente, ya en el siglo XVIII lugar donde se ubicó la capilla de la comunión. El altar mayor tiene, a cada lado, dos capillas a modo de transepto o cruzado. Al lado de una de ellas se añadió una nueva capilla aprovechando parte del espacio de la casa del lado izquierdo de la iglesia adquirida para funciones parroquiales y velatorio.
La nave principal está cubierta con bóveda de cañón. A los laterales hay unas ventanas que iluminan el interior. Estas descansan sobre cada una de las capillas laterales, las cuales tienen también cubierta de bóveda de cañón y están perpendiculares a la nave central. La cabecera del templo actual es un añadido posterior a la obra original del siglo XVII y se realizó en el XVIII. La cubierta de la misma, donde se sitúa el altar mayor dedicado a Santa Anna, es también de bóveda de cañón pero en relación a la obra de construcción encorvada de la nave principal, esta está situada en una altura menos de la anterior.
Los elementos ornamentales son los propios del período barroco con un lenguaje clásico. El estilo artístico del edificio es, pues, neoclásico. El escudo de los Cardona que preside la nave central, según Pere Mª Orts i Bosch, se debió hacer cuando era señor de Ondara Isidro Tomás Folch de Cardona y Sotomayor (1643?-1699), VII Marqués de Guadalest, Almirante de Aragón, caballero de la orden de Alcántara y Capitán General de Galicia.
En la portada exterior destacan dos pilastras que soportan un entablamento plano con un friso y cornisas sobre el cual hay un nicho, con una imagen de Santa Anna, tallada en piedra y un óculo. Justo al lado de la puerta principal hay otra puerta sencilla que da paso al baptisterio. La torre campanario está situada en un lateral y es de base cuadrada y levantado de tres cuerpos. La fachada es, pues, clasicista.
Los retablos y las imágenes de las capillas actuales de la iglesia son todas de después de la guerra civil (1936-1939), exceptuando las de San Francisco, San Vicente Ferrer, San Antonio Abad y una imagen pequeña de San Juan, que son todas anteriores, aproximadamente del siglo XVIII. En la capilla de la comunión hay unas pinturas al óleo sobre lienzo obra de Salvador Gil Camarena, hijo de un ondarense. Las del retablo del altar mayor y las de la comunión son de Ramón Porta, de Oliva.
(Extraído de: Miquel Gómez Sahuquillo: Seguimiento arqueológico: Iglesia de Santa Anna de Ondara, 2010, dins de Ondara: mirades enrere, 1as Jornadas, Ayto. de Ondara, 2013
9. ERMITA DEL CRISTO
La ermita del Santísimo Cristo de la Agonía fue construida a finales del siglo XIX. El edificio de la antigua ermita está formado por un volumen de planta cuadrangular de seis metros de largo. Constructivamente son muros de masonería de unos cincuenta centímetros de grosor y cubierta a cuatro aguas resuelta con estructura de madera, entrevigado cerámico y cubierta de teja árabe.
Estaba situada en las afueras del pueblo, en una zona conocida como la era alta y era el final del calvario o viacrucis. Con el tiempo la zona se urbanizó y fueron desapareciendo casi todas las diversas capillas del calvario; tan solo se salvó la capilla y el barrio, ya transformado, es conocido como el “Barrio del Cristo”. Actualmente está situada dentro del casco urbano, situada en un lado de la calle Menéndez Pidal. En 1966, el ciudadano Josep Llorens Bosch, hizo la donación de una pequeña parcela de unos 60m2 a la iglesia parroquial con el fin de poder ampliar la ermita, siendo la voluntad expresa de su madre Josefa Bosch Piera. Después de algunos obstáculos finalmente, en el año 2007, se hicieron las obras de ampliación de la ermita.
(Comisión del Patrimonio)
10. LAVADERO
En Ondara el primer lavadero, situado al lado de la Font de la Alcachofa, antiguamente más conocida como Fuente de los tres chorros, y hoy ya desaparecido, se hizo, muy probablemente en la década de 1920 y el segundo lavadero, que es este en el que nos encontramos ahora, en 1950.
La gente más joven, probablemente piensa que han habido siempre lavadoras y agua corriente en las casas, pero no, la verdad es que hasta hace bien pocos años, las casas no tenían agua corriente, ni existían las lavadoras eléctricas, por tanto, tenían que lavar la ropa donde podían, incluso en los ríos, porque muchos lavadores no se construyeron hasta acabada la guerra civil en 1939.
Recuperar y conservar el edificio y preservar la memoria de lo que representa es fundamental para la cultura de un pueblo. El lavadero era para las mujeres lo que representaba el bar o el casino para los hombres; era un lugar donde, además de lavar, se conversaba y comentaba la vida y los hechos de los pueblos. Venía a ser una especie de centro social. Hoy lo contemplamos como un edificio que representó la modernidad, una instalación que facilitaba a las mujeres el trabajo de lavar la ropa; un paso intermedio entre la precariedad más absoluta y la popularización de las lavadoras. Y lo tenemos que contemplar como un homenaje a todas aquellas mujeres, donde seguramente se encontrarían nuestras madres o nuestras abuelas, que cargaban con una tarea tan necesaria como discriminatoria y pesada.
Este segundo lavadero es un singular edificio inaugurado en el año 1950, justo al inicio de donde empezaba la acequia de l’Alfatara aprovechando el agua proveniente de la Alberca que retenía el azud. El agua corriente de la acequia también era utilizada para las tintorerías del pueblo, alimentaba el segundo lavadero, situado al otro extremo del pueblo, y también el desaparecido molino harinero de Sendra.
Recientemente ha sido acondicionado y acoge, de forma permanente, una serie de fotografías y carteles sobre su pasado.
(Vicente Ortuño)
11. IGLESIA DE PAMIS
Situada en el lugar de Pamis, es una pequeña ermita dedicada a los santos Abdón y Senén, popularmente conocidos con los santos de la piedra, aunque originariamente lo fue a San José y Santa María. Con el fin de cubrir las necesidades espirituales de un distrito tan grande y denso como el de Denia se crearon nuevas vicarias perpetuas en los lugares de moriscos; así en 1534 se creó una vicaria perpetua en Ondara, bajo la adoración de Santa Anna y dependiente de Denia y se le agregó a Pamis y a Benidoleig. Desde aquel momento la iglesia de Pamis siempre ha estado dependiente de la de Santa Anna de Ondara. El templo fue erigido a finales del siglo XVII. Como prácticamente en todos los templos, en la iglesia de Pamis también se enterraban los muertos dentro, hasta que se inauguró el cementerio de Pamis en 1845. La iglesia, enmarcada entre casas, presenta características muy sencillas y parecidas a los otros templos de la zona. La fachada es completamente lisa, sin ninguna ornamentación, excepto un alicatado cerámico enmarcando las figuras de los santos de la piedra sobre la puerta de acceso y una ventana encima, que es el único punto de luz del templo, estas tres, más el campanario, centradas en la fachada y alineadas verticalmente.
(Comisión del Patrimonio)
12. PLAZA DE TOROS
La plaza de toros de Ondara, inaugurada en 1901, representa un exponente claro y extraordinario de la arquitectura ecléctica de finales del siglo XIX y a principios del XX y constituye un ejemplo de arquitectura neo mudéjar que utiliza formas y materiales ligados a la arquitectura árabe: el ladrillo macizo, el arco de herradura y almenas escalonadas. Su construcción fue rápida y en unos seis meses quedó concluida. La corrida inaugural tuvo lugar el lunes 28 de octubre d 1901. A lo largo de su primera etapa se hacían 3-4 corridas al año y marcaba el calendario de la Feria de Ondara que se celebraba entre los meses de octubre y noviembre. La plaza de toros resultó muy dañada durante la guerra civil, fue reconstruida en 1957 respetando bastante la construcción original de la plaza, se añadió un bar, la enfermería y se instaló luz por toda la plaza; pero seguramente por ser reconstruida en una época de crisis económica los materiales utilizados no tenían la calidad de los originales. En aquel momento tenía un aforo de poco más de 4000 personas. Poco después la actual terraza del bar, se utilizó como pista de baile y en la gradería situada justo enfrente de los toriles se construyó una especie de caseta donde se colocó una cámara de proyección y en la arena de la plaza una pantalla para hacer proyecciones cinematográficas en verano. Se realizó en la década de los 60.
La rehabilitación de 1957 alteró algunas partes de la obra que han sido repuestas en una posterior rehabilitación realizada en 2014, en la cual han querido recuperar lo original de la plaza, volviendo a utilizar piedra y ladrillos macizos y reponiendo algunos elementos arquitectónicos que habían sido suprimidos, como los arcos inferiores de las escaleras de acceso a los palcos. En esta última rehabilitación se eliminó el muro de masonería que delimitaba el recinto de la plaza a la Avenida del Dr. Fleming y la del General Bosch y fue sustituido por un enrejado que permite contemplar los muros exteriores de la plaza.
En la década de los 60 se realizaron numerosas corridas de toros, mereciendo una especial mención, las que realizaba el diario Levante, a beneficio del sanatorio de Fontilles, muy próximo a Ondara, y en las cuales participaban las figuras más destacadas del mundo taurino. Es sobre todo a partir de finales de los 70, con la bajada de los espectáculos taurinos, que el recinto se convirtió en un espacio que acogió numerosos y variados acontecimientos artísticos, culturales, de entretenimiento, cine, baile, deportes, etc.
En 1985 los concesionarios proponen al Ayuntamiento de Ondara la rescisión anticipada del contrato de arrendamiento para el 1 de enero de 1986. A partir de ese momento la plaza de toros pasará a ser gestionada por el ayuntamiento. El 2001 el conjunto arquitectónico fue declarado Bien de Interés Local. Es sin duda el edificio más emblemático del pueblo de Ondara.
En la actualidad, se articula como espacio fundamental de la vida cultural y festiva de la villa.
(Basado en Robert Miralles: “Apuntes para a la historia de la plaza de toros de Ondara en su primer centenario (1901-2001)”, Ayto. de Ondara.
FUENTE DE LOS TRES CHORROS O ALCACHOFA
La fuente se construyó a finales del siglo XVIII y se abastecía del agua proveniente de un separador de la acequia Parri. Últimamente se ha popularizado con el nombre de Fuente de la Alcachofa por la forma del remate que corona la parte superior de la fuente.
El material utilizado es piedra calcárea para escaleras, bancos y balsa de la fuente y piedra jaspe rosada para la base del remate central.
La fuente ha estado sometida a toda una serie de intervenciones, así en el año 1966, como ya había en el pueblo el agua potable y se consideró que arquitectónicamente no representaba nada, la corporación decidió que había que eliminar las tres fuentes que había en el municipio (esta, la Fuente Honda y la Fuente de la Xona). La Fuente de la Xona se eliminó completamente, la Fuente Honda se destruyó y se tiró la bancada de piedra y la reja que la envolvía la fuente en el interior y se cubrió y la fuente esta se desmontó.
Al cabo de unos años se valoró de manera positiva la restauración de la fuente por su belleza, por su ubicación, por su significado en la historia de Ondara y porque era posible hacerlo, ya que no se habían destrozado las piezas que la formaban.
En el año 1979 se restituyó en el lugar donde estaba originariamente, si bien faltaba el banco corrido y el enrejado que la separaban del antiguo lavador.
(Basado en Robert Miralles: “Ondara, de los orígenes a 1900”, Ayto de Ondara, 2013)